miércoles, 29 de septiembre de 2010

Benjamín Franklin y el suicidio masivo de los algodoneros de la India


“Pratibha, cásate de nuevo, por favor. Te voy a dejar sola». Estas palabras estaban escritas en la carta de despedida para su mujer encontrada en los bolsillos de Rameshwar Kuchankar, un campesino de 27 años que no pudo resistir las deudas y se suicidó en la región de Vidarbha, en el centro de la India. Rameshwar se bebió una bolsa de pesticidas, igual que lo hicieron otros 6.200 granjeros afectados por el mal del algodón, una ecuación que siempre se cumple: el precio de producción sube, pero el precio de venta cae.
En Vidarbha los campesinos honran a los suicidas con guirnaldas de flores anaranjadas -color santo de los hindúes- y los envuelven en sábanas blancas hechas con el mismo algodón que les mata. La tradición dice que las mujeres deben llorar a distancia, mientras los hombres contemplan cómo el muerto arde.
Si bien esta historia data del año 1997, la muerte de los campesinos indios sigue violentando porque estos dramas persisten aún hoy en los países de economía atrasada. La combinación de malas políticas agrarias, incapacidad gubernamental y globalización expresada en felonía comercial; siguen arrastrando –de diversas maneras- a la muerte a los más vulnerables. Las subvenciones millonarias que los Gobiernos ricos entregan a sus productores agropecuarios les permiten ir a los mercados internacionales con precios irrisorios. Vendan o no, ellos siempre tendrán asegurado el dinero público que garantiza a los políticos sus votos. Mientras sus políticos hablan de libre comercio y ayuda a los pobres, EEUU entrega miles de millones de dólares a sus algodoneros. Un informe del Banco Mundial asegura que si esas subvenciones fueran cortadas, el precio del algodón subiría y los campesinos pobres como Rameshwar podrían sacar lo suficiente para sobrevivir. Tal vez sea por esto que se afirma que “la escuela del libre comercio es la escuela de las trampas”.
«Ibamos juntos al campo», contaba tristemente la campesina Babytai, de 45 años. Su marido, acosado por las deudas, se mató el mes de septiembre de 1997. Ella fue a por agua, como cada día, para mantener el cultivo de algodón. Y al volver, su marido se había bebido la caja de pesticidas. «La caja estaba vacía a su lado; él estaba sentado, con ganas de vomitar, y su boca olía a veneno».
Chattersingh Vaidya tenía deudas por un valor de 50.000 rupias indias (unos 1000 dólares), por un crédito que le había pedido a su vecino, uno de los prestamistas que aún hoy hacen un festín con las deudas de los campesinos, a quienes cobran intereses abusivos. Vaidya no podía hacer frente al crédito y además tenía que pagar la dote de su hija, una muchacha de 18 años que, según la madre, ya está entrada en edad para casarse. Así que Chattersingh se bebió los pesticidas.
Benjamin Franklin sostenía que “Ninguna nación fue arruinada jamás por el comercio”, quien sabe si hubiera cambiado esta postura al saber que existen variadas formas de hacer comercio, entre las que se cuentan –por ejemplo- el “dumping rapaz”, o el comercio subvencionado, responsables –directos e indirectos- de la muerte de millones de seres humanos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

EL EDITORIAL QUE NUNCA ESTUVO


En todos los tiempos los seres humanos han expresado su disconformidad o demandas de cambio contra las circunstancias que les determinaban perjuicio. Tratándose de las fuerzas de la naturaleza, muy poco podían obtener estas manifestaciones, como no sea la esperanza; tal el caso de las rogativas ante una sequia persiste, por ejemplo.
En lo que respecta a la autoridad del Estado y las fuerzas sociales, sin embargo, mucho se ha logrado a lo largo de la historia, creándose mejores condiciones para la vida en sociedad, gracias a la actitud firme que personas o grupos humanos que se plantaron fuertes ante la imposición que consideraron injusta.
No nos interesa valorar los resultados de cada caso. Nuestro propósito es, simplemente, hacer un recuento de esas variadas -como ingeniosas-  formas de protesta humana.
Una variedad de protesta que nos llamó la atención –ahora que aún hay tinta fresca en los periódicos sobre las conflictivas relaciones de los medios con el gobierno-, data del año 1976 en que, de manera análoga  a la que invocan hoy los dueños de medios en Bolivia, se criticaba en España la acción del primer gobierno de la monarquía sobre quienes manejaban la información. Se trata del siguiente editorial de la Revista “Cambio”.
EDITORIAL:
Como es este país no se puede criticar a fondo la actuación política del señor Arias Navarro, aquí había un editorial que ya no está, y que, a nuestro entender, planteaba con serenidad problemas políticos graves de esta hora…  

domingo, 26 de septiembre de 2010

Manifiesto



Personalmente no puedo vivir sin mi arte.

Pero nunca puse este arte por encima de todo.


Sin separarme de las personas,

me permite vivir como soy 
al nivel de todos.


No es un placer solitario.

Es un modo de despertar la nobleza del hombre

a través del ofrecimiento de una imagen privilegiada

de los sufrimientos y alegrías comunes.


Por eso obliga al artista a no aislarse, sino a someterse

a verdades más humildes y más universales.


Y quién eligió el destino de ser artista porque se siente diferente

muy pronto aprende que no gozará

de su propio arte y de la diferencia

si no busca el parecido con los demás.


El artista se forja en este perpetuo ir y venir entre sí y los otros,

a mitad de camino entre la belleza,
de la cual no puede abstraerse,

y la sociedad, de la que no se puede arrancar.


Es por eso que los verdaderos artistas no desprecian nada.


Se obligan a comprender en vez de juzgar
y, si tienen que tomar partido en este mundo,

será el de una sociedad donde no reinará el juzgador,
sino el creador,

sea éste un simple trabajador o un intelectual.


Albert Camus


viernes, 24 de septiembre de 2010

Las leyes no se dictan, se cultivan



El título alude a ese afán desmedido de atribuirle a las leyes una capacidad extraordinaria para cambiar la realidad. No nos queda ninguna duda del buen propósito y  la pretensión de las normas jurídicas para regular la vida de los hombres en sociedad, pero no es únicamente con las leyes que ocurrirá el milagro de un Estado y una sociedad nuevos.
En el mismo rumbo, por ahí escuché un chiste que casi me arranca lágrimas: “En Bolivia sólo hace falta una ley –alegaba con sorna un conocido-: una ley que diga que todas las demás deben cumplirse”. Y es que a nadie le importa que con esa excesiva producción legislativa, que no posee el respaldo de instituciones maduras que hagan posible el cumplimiento de sus prescripciones, se esté alentando una pedagogía del incumplimiento de estas reglas jurídicas, con un resultado aún más grave que el que se aspira evitar.
La sabiduría popular refuerza nuestra inquietud cuando grita a voz en cuello: “Más vale una ley que no existe, a una que existiendo no se cumple”, pero nuestros oídos están tapados cuando nos empeñamos en inventar la pólvora nuevamente. Claro que la construcción del nuevo Estado requiere de una nueva y sólida base legal, pero también –paralelamente- requiere que se dote a las instituciones encargadas de su cumplimiento, de los mejores hombres y mujeres y  de los más hábiles voltereteros políticos.   
Siempre es mejor la austeridad legislativa, y más conveniente una vida pública sujeta a severos principios, para que no se diga de nuestros legisladores que la mitad de su tiempo la dedican a dictar leyes y la otra mitad a ayudar a sus allegados a incumplirlas. Como dijera Benjamín Franklin: “La que mejor predica es la hormiga, y ella no dice nada”.
Decía H.C. F. Mansilla que los verdaderos cambios sociales son los cambios culturales, pero también son los que más tiempo demandan. Detengámonos antes del paso de cebra cuando el semáforo nos da luz roja, cumplamos nuestro horario de trabajo, cuidemos del bien público como el propio, dejemos de afectar el derecho del otro  y habremos hecho un mejor trabajo que el de todos los legisladores que a su turno “salvaron” a Bolivia y de los que aún hacen turno.

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL ZAPATO EN LA POLÍTICA


El Primer Ministro Soviético Nikita Khrushchev, muerto ya en 1971,  protagonizó un original incidente –en plena Guerra Fría-, cuando enfurecido golpeó con su zapato su propio estrado de delgado, durante la 902a reunión plenaria del Asamblea General de la O.N.U sostenida en Nueva York en 12 de octubre 1960.
Muchas versiones se tejieron sobre este insólito evento. De entre ellas las siguiente dos me agradan más:
La primera referida por la bisnieta de Khrushchev, Nina Khrushcheva, afirma que Khrushchev usaba los zapatos nuevos y apretados de modo que él se los quitó mientras estaba sentado. Cuando él comenzó a golpear la tabla con su puño durante su respuesta enojada, su reloj se cayó y entonces, al recogerlo, tomó el zapato para seguir golpeando.
La segunda es del propio Nikita Khrushchev quien dijo (mencionando otro incidente también con un zapato): “Recordando los informes leídos sobre las sesiones de la Duma en Rusia, decidí agregar un poco más calor. Saqué mi zapato y lo golpeé en el escritorio de modo que nuestra protesta fuera más ruidosa.“
Un otro episodio se dio –también con un zapato- el 14 de diciembre de 2008, durante una rueda de prensa celebrada en Bagdad,  cuando un reportero iraquí lanzó sus zapatos contra el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Cuando Bush se dirigía a los periodistas fue interrumpido desde la tercera fila por el corresponsal del canal de televisión Al Bagdadía, que gritó “Este es el fin”, se levantó con un zapato en la mano y se lo arrojó mientras llamaba “perro” al mandatario estadounidense, que logró esquivarlo. Inmediatamente después, el periodista iraquí le lanzó su otro zapato y de nuevo erró su objetivo.
En Irak, igual que en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona, al igual que llamarlo “perro”.
No creo que la transversalidad del zapato y la política terminen aquí. De seguro que ya se produjeron otros acontecimientos similares y habrán otros tantos más a futuro. Lo que nos hemos propuesto es hacer un inventario de las sorprendentes formas de protestar que tienen los seres humanos y ésta es una destacada de ellas. No cuenta para este propósito la presencia de Zapatero en España, a menos...... que se saque el zapato y proteste con él.

sábado, 18 de septiembre de 2010

¡PIDO LA PALABRA!

La ciudad de Sucre (Bolivia) tiene una vena poética en sus habitantes, como un torrente. Hay sin embargo –de entre todos ellos-,  uno que está asociado a un período de mi vida. Cuando empezaba a reivindicar ante el Estado, a los explotados,  los marginados,  los perjudicados por el sistema económico injusto. Esta actitud no era una rareza entonces, sino que estaba muy extendida entre los jóvenes. Hoy en día la juventud –de manera inversa- sólo excepcionalmente tiene esta postura ideológica, pues en su generalidad ha sido absorbida por la cultura universal de los video juegos y de la alienación consumista de los demás productos del capitalismo.
Eliodoro Aillón Terán, poeta y periodista sucrense y boliviano; autor del célebre poema titulado ¡PIDO LA PALABRA!, parece estar aún reclamando ser escuchado, demandando un mejor destino para los bolivianos; y sentimos su dolor porque miles de nuestros compatriotas agotan su existencia sin el reconocimiento de su dignidad de seres humanos. No deseamos entrar en la polémica de que ahora sí se están atendiendo las justas reivindicaciones de los bolivianos, pues con este coterráneo poeta –ya fallecido- exigimos que se haga aún más y aún más rápido por los explotados, por las víctimas de la irracionalidad económica pues cada día, a cada hora y en cualquier momento; algún boliviano o boliviana sucumben ante la enfermedad, la miseria y el abandono.
He aquí el poema:

¡PIDO LA PALABRA!

Ciudadanos del mundo,
en nombre de mi patria, pido la palabra.
En nombre de mi pueblo, sencillo como el agua de la acequia,
pido la palabra.

En mi pequeña morada comenzó la patria
allí todos gritaban en las noches cuando el puño del alcohol
caía sobre el rostro de mi madre, recuerdo la sangre y los nervios,
los nervios en angustia de alambres aprensados;
en las noches hondas, pobladas de llanto y el miedo de los pequeñitos allá,
en la esquina más dolorosa de mi sangre, comenzó la patria.
La escuela vino después,
también la patria estaba allí avergonzada, humillada;
ocultando en los rincones más apartados, sus pies descalzos.
Y la patria me miraba acongojada desde mis propias pupilas nubladas,
desde mis manos vacías y mis sueños enturbiados.
A mí me mostraban la escuela poblada de azules campanas
y la patria cuajada de campos abiertos,
pero, pero mi patria gemía a 4000 metros sobre el nivel del hambre,
hombres que crecían como piedras paridas por la montaña,
desnudos y fríos como peces muertos,
moviéndose apenas, llevando a cuestas su grito
trancado como una roca clavada en lo más hondo, en lo más duro de la tierra.

No señores,
la patria no era solamente la escuela poblada de altas campanas
ni la tierra salpicada de lagos felices,
no era solamente los montes incrustados de cielo,
ni los desfiles en los días de fiesta,
era también la impotencia del hombre
cuando el pan se convierte en gemido detrás de las puertas,
era la muchacha que buscaba su vestido dominguero en la esquina de la noche;
eran las manos crispadas en los mercados,
y el llanto, extendido en las estaciones.
Mi padre borracho era la patria que pesaba sobre mis pupilas,
sobre mis labios, sobre mis zapatos rotos;
y con esa patria a cuestas yo asistí a la escuela.
La maestra, me mostraba siempre una patria
y un cielo a los que nunca pude comprender.
Una patria con héroes, con cerros de plata,
con tierras llenas de árboles frutales;
pero yo tenía que regresar a mi casa en las noches, y allí estaba la patria,
en el pan para dos que nunca satisfacía a cuatro,
en las pupilas de mi padre abiertas
como dos diablos encendidos en medio de los niños.
No señores, no.
La patria no sólo estaba en los salones, ni en los discursos de los presidentes,
ni siquiera en la bandera y sus colores.
Yo encontré a la patria botada en mitad de las calles,
mientras la lluvia cercenaba sus carnes.
Yo la vi desgarrarse por coger un pedazo de carne y otro poco de pan,
y lloré su tragedia, porque teniendo hambre, se comió su libertad.
Y mentidme a mí ahora, mentidme.
Yo vi a mi patria en todos sus confines,
la sentí como un garfio clavado en mitad de mi angustia,
la llevé como túnica de yeso por todos mis caminos,
la sentí como el peso de dios sobre el pecado y busqué su voz
para multiplicarla sobre las campanas del tiempo.
Yo vengo en nombre del obrero y sus overoles manchados,
en nombre de mi padre y su vicio,
pagado con la desnudez de sus hijos,
en nombre de mi madre y su voz callada,
en nombre de los niños yo vengo,
en nombre de mi patria estrujada por manos sin salario.
Yo no vengo a pedirles nada, nada que les pertenezca.

Mi pueblo, mi pueblo quiere su paz,
quiere su barco para recoger de playas lejanas
un canto de gaviotas nuevas,
quiere sembrar su trigo y levantar sus fábricas,
quiere que sus niños rían,
jueguen y salpiquen los campos como las gotas de rocío al alba,
quiere que todos crezcan a lo largo de los ríos como el trigo,
y que todos se hinchen de sol y de lluvia como las uvas,
en la cuenca dilatada de los valles.
En nombre de mi pueblo,
humilde como la hierba, sencillo como el agua de la acequia,
ciudadanos del mundo,
¡pido la palabra!.

El Almanaque del “Pobre Ricardo”


Franklin, el inventor, estadista y editor publicó el Almanaque del “Pobre Ricardo”, que fue un pequeño libro anual y un éxito desde el primer día de librería. Se requirieron tres ediciones para satisfacer la demanda del primer ejemplar. En este almanaque Franklin adopta el seudónimo de “Buen Ricardo” "Pobre Richard", "Richard Saunders" o “Pobre Dick” que era el exponente de la sabiduría popular norteamericana y que revela la gran capacidad de su autor para acercarse y conocer a las personas de su época y su medio. La obra pareció continuamente desde 1732 hasta 1758. Pese a ser un panfleto publicado en las colonias británicas en América, se imprimían unos 10.000 ejemplares cada año.
Este tipo de almanaques fueron libros muy populares durante la época prerevolucionaria, donde la gente de las colonias los usaban para prepararse según las predicciomes del tiempo, leer consejos sobre el cuidado del hogar, hacer rompecabezas, y otros tipos de diversiones. Pero, además de estas razones, lo que hizo peculiar al Almanaque del Pobre Ricardo fueron sus numerosos juegos de palabras, muchos de los cuales se incorporaron al inglés americano.
El Almanaque contenía el calendario con el santoral, tiempo, poemas, e información astronómica y astrológica típica de un almanaque de la época. Franklin incluyó también a veces problemas matemáticos, e incluso el Almanaque de 1750 contenía tempranos ejemplos de demografía. No obstante, si es ampliamente famoso es por el repertorio de aforismos y refranes, muchos aún vivos en el dialecto e imaginario colectivos de los EE. UU. Estas máximas del propio Franklin tienen normalmente una función didáctica sobre ahorro y urbanidad, con toques de cinismo. También en los espacios entre dos días consecutivos, se incluían consejos sobre industria y prudencia. Muchos de estos dichos fueron tomados de otros escritores como, Lord Halifax.
El “Pobre Ricardo” es conocido muchas veces por el prefacio preparado por Franklin para la edición de 1958, impreso luego separadamente como “El camino hacia la Riqueza” o el “Discurso del Padre Abrahán” en el que estaban reunidas las máximas sobre el ahorro y la frugalidad. Este clásico ha contribuido a opacar al “Pobre Ricardo” que escribió preceptos acerca del amor, del compañerismo y de la alegría de vivir.
A continuación les ofrezco una selección de las máximas del “Pobre Ricardo”:
“El hambre nunca supo de mal pan.”
“Tonto es aquel que nombra heredero a su médico.”
“El corazón del tonto está en la boca, pero la boca del sabio está en el corazón.”
“así como los hechizos son vanales, la vanalidad es un hechizo.”
“Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.”
“La oportunidad es la gran alcahueta.”
“Hay más borrachos que médicos ancianos.”
“Nadie predica mejor que la hormiga, y ésta no dice nada.”
“El pescado y los visitantes apestan a los tres días.”
“Un campesino entre dos abogados es como un pez entre dos gatos.”
“No hay amores feos ni prisiones hermosas.”
“Aquel que se enamore de sí mismo, no tendrá rivales.”
“Arriba, holgazán y no desperdicies la vida: bastante podrás dormir en la tumba.”
“Pequeños hachazos derrumban grandes robles.”
“El que es rápido para beber,  es lento para pagar.”
“La mentira se sostiene en una pierna, la verdad en dos.”
“La pereza  y el silencio son virtudes del tonto.”
“Aquel que no tiene tontos ni mendigos en su familia es hijo del trueno desatado.”
“El regateo no tiene ni amigos ni parientes.”
“Escribe como los eruditos, habla como el vulgo.”
“Los hombres de la antigüedad nos dicen lo que es más acertado, pero debemos aprender de los modernos lo que es más adecuado.”
“Un labriego de pie es más alto que un caballero arrodillado.”
“La genialidad sin educación es como la plata en la mina.”

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Los nuevos "gachupines"


El vocablo gachupín surge en la época colonial y con el se designaba de forma peyorativa a los nacidos en España. Por entonces los criollos albergaban resentimiento hacia los españoles porque consideraban que poseían menos derechos que los advenedizos traídos por la avidez de riquezas.
Esta denominación despectiva e injuriosa que se daba, especialmente en  México, a la persona oriunda de España deriva de cactli, zapato, y tzopini, cosa que espina o punza; resultando, por elisión del final -tli, la palabra compuesta catzopini: hombres con espuela, tan apropiada para los hombres a caballo que participaron en la conquista de México; palabra que fácilmente se convirtió en gachupines.
El sacerdote y militar insurgente mexicano, artífice de la segunda etapa de la Guerra de Independencia de México; José María Teclo Morelos Pérez y Pavón (1765-1815) describe este sentimiento -un tanto radicalizado- en este manifiesto:
“¡Abrid los ojos, americanos, que la victoria está por nuestra! Ya hemos matado más de la mitad de los gachupines que había en el reino. Pocos nos faltan que matar, pero en guerra justa; no matamos criaturas inocentes, sino gachupines de inaudita malicia”.
Si bien es cierto que este vocablo en la actualidad ya no se usa de forma tan marcadamente despectiva, convendría hacerlo pues no es menos cierto que nuevos “gachupines” persisten en la tarea del despojo y la rapiña. Sólo que en el tiempo presente no vienen de la península ibérica y enviados por la corona española, pues los neo “gachupines” no tienen patria y se desplazan por el mundo con el pasaporte de inversionistas del mundo globalizado, dejando a su paso depredación y mayor pobreza.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Día del Bibliotecario Boliviano

Nuestro reconocimiento y felicitación al bibliotecario en su día. En Bolivia se conmemora el día del Bibliotecario el 23 de julio recordando la designación del Dr. Dn. Agustín Fernández de Córdoba, como 1er responsable para el establecimiento de la Biblioteca y Archivo Nacional de Bolivia, con sede en la ciudad de Sucre, como lo expresa la carta enviada por el prefecto del Departamento de Chuquisaca, Mariscal Andrés de Santa Cruz, al presidente de la República, Antonio José de Sucre, el 23 de Julio de 1825.
La sociedad toda tiene una deuda de gratitud con estos profesionales –que ciertamente han cambiado su perfil de severos empleados en el pasado a gentiles facilitadores de los investigadores y lectores en general-, porque ellos no solo saben el lugar de cada libro, sino que también pueden orientarnos sobre que leer, o sorprendernos con libros que nunca supimos que existían.... como sugería Jorge Luis Borges, que fue el director de la Biblioteca Nacional Argentina: ¨espero que éste sea el libro que siempre has buscado¨...
En homenaje de estos profesionales de tan importante valía para la sociedad (de lejos mayor que la de los políticos) reproducimos el siguiente
Decálogo del Bibliotecario
1.      1.  Reconoceré que el universo de la cultura informacional está cambiando muy rapidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y quieren.
2.     2.   Me educaré sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscaré formas de incorporar lo que aprendo a los servicios de la biblioteca.
3.     3.   No seré paternalista en relación a mi biblioteca, sino que observaré claramente su situación y haré una evaluación honesta lo que puede ser mejorado.
4.     4.   Seré un participante activo para mejorar mi biblioteca.
5.      5.  Reconoceré que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajaré con mis colegas para fomentar nuestra sensibilidad a que ésto cambie.
6.      6.  Seré valiente para enfrentarme a la propuesta de nuevos servicios y nuevos modos de mejorarlos, aunque algunos de mis colegas sean reacios.
7.      7.  Mostraré ilusión por los cambios positivos y transmitiré ésto a mis colegas y usuarios.
8.      8.  Dejaré de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de hacerlas ahora incluso si éstas me parecen muy importantes.
9.      9.  Tendré una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios, estando dispuesto a cometer errores.
10.  10.  No esperaré hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público, sino que lo mejoraré continuamente basandome en el feedback del usuario.

Y de yapa, del poeta Raúl Rafael Jiménez, reproducimos el siguiente acróstico en homenaje a los bibliotecarios:

Es abnegada la tarea que tu tienes
Logrando realizarla día día
Bendigo tu trabajo cotidiano
Iniciando esta marcha sin descanso;
Buscando en las estatuas y anaqueles
Los libros que te piden.
Incentivas la mente del lector
Ofreciendo lo que crees conveniente
Textos, libros y materiales por doquier
Enseñando de esta forma al que no sabe, y
Compartiendo con otros las ansias de aprende3r…
Así es la casa de tus sueños
Ramilletes de alegría y de esperanza
Infatigable es tu trabajo, sin descanso;
Obrero del amor, el mensaje y la palabra.


LA MUERTE DE UN CONTRIBUYENTE

Vamos inspectores a atacar...
no dejemos un impuesto sin cobrar.

Que no existe nada mas atrayente...
que exprimir a un contribuyente.

Gravaremos, la lechuga, el tomate y la batata...
pero también su camisa, su traje y su corbata.

Gravaremos sus vacas sus chanchos y sus gallinas...
hasta que no tenga ni para tomar una aspirina.

No dejaremos sin gravar ningún bien...
pero gravaremos sus pensamientos también.

Perseguiremos con los hechos y oratorias...
Y también con planes y moratorias.

No pararemos aunque con dolor se hunda...
en una triste y húmeda tumba.

Escribiremos sobre su lápida...
"Por culpa del impuesto tuvo muerte rápida"

Pero ni siquiera allí descansaremos...
es mucho mas lo que queremos...
No se nos agota la paciencia...
ahora queremos impuesto a su herencia !!!

viernes, 10 de septiembre de 2010

Memorándum de la Muerte

Hola!... ¿Me recuerdas?... Soy la Muerte!
Te envío este memorándum, para notificarte que MAÑANA te toca a ti... ¡SÍ! ¿Pensaste que vivirías mil años?... ¡Calma, no te lamentes!; no te lamentes... ni te preocupes más... todavía te resta todo un día... Y un día puede ser toda una vida... Si lo sabes aprovechar. ¿Cómo?... Ya no postergues tu vida... Ya no renuncies a ella jamás.
Tienes 24 horas para demostrar tu cariño, tienes 24 horas para decirle que le amas. Para bailar bajo la lluvia, para disfrutar aquella melodía, para sentir el sol, para soltar tu llanto, para entregar tu alma.
Tienes todo un día para pedir perdón, para ser un niño, para ser un sabio, para reír con fuerza, para gritarle al viento, para disfrutar del resto de la vida, que queda en tu corazón... La vida te está rodeando a cada instante aunque la busques en el futuro, aunque creas haberla olvidado en el pasado.
¡LA VIDA ESTA AHÍ CONTIGO! Te envuelve con su magia, pero tú como un ciego prefieres ignorarla. Es por eso que te envío este memorándum...
Para que recuerdes que tienes que morir... Que mañana tomaré tu mano y te llevaré de aquí, de este mundo terrenal... Y quiero preguntarte...
¿Podrías describirme el aroma de las Rosas?...
¿Podrías decirme lo que sientes, cuando el viento te envuelve con su ternura, con su brisa y con su fuerza?...
¿Conoces la maravillosa sensación que brinda el Amor?...
¿Has bailado al ritmo de tu corazón?...
¿Has disfrutado el arte de hacer el amor?... ¿SIN NINGÚN LÍMITE?... ¿O te ha detenido el temor?.
DISCULPA si soy indiscreta... Lo que pasa es que me causa mucha gracia el pensar que mañana que te tome en mis brazos... Vas a estar muerto COMPLETITO... AL 100%... No habrá ningún asomo de vida en ese cuerpo tuyo... Y sin embargo, hoy que estás vivo... El 75% de tu ser parece estar muerto.
Tengo aquí a muchos suicidas que en el justo momento que me vieron de frente, descubrieron que la vida es muy bella y mucho más grande que todos esos PROBLEMITAS que CREYERON IRREMEDIABLES...
Justo cuando sus ojos dejaron de percibir colores, cuando su piel dejó de tener sensaciones, cuando sus oídos no escuchaban ni siquiera el silencio, cuando su boca no pudo decir:

¡TE AMO!... ¡AYUDAME!... ¡TE PERDONO!... ¡TÉ EXTRAÑO!... ¡ERES ESPECIAL!...
Cuando sus brazos ya NO pudieron abrazar, cuando sus piernas ya NO pudieron correr, cuando sus labios dejaron de sonreír. En ese momento, todo suicida me suplica una oportunidad sin entender que cada instante, de cada HORA, de cada DÍA de su vida es una OPORTUNIDAD... UNA OPORTUNIDAD PARA VIVIR CON INTENSIDAD... Y que yo LA MUERTE, SI doy oportunidades. Pero SOLO a aquel que sabe USAR la vida, SOLO a aquel que se da cuenta que la vida NO se puede comprar con NINGUNA cantidad de dinero... Que la vida es como una montaña rusa, a la que te subes y LO DISFRUTAS AL 100% porque sabes que el final está cerca y que no podrás comprar otro boleto.
¿Sabes?... Existe mucha gente con enfermedades que los tienen al borde de la muerte... Gente admirable, ¡QUE LUCHA POR VIVIR!, POR CONSEGUIR SUS SUEÑOS! ¡POR GRITAR SU AMOR!, POR EXTENDER SU MANO!...
Por dejarle al mundo la huella de su CORAZÓN. Gente que aún sabiéndose desahuciada SONRIE feliz, PERSIGUE sus sueños y SABE VIVIR... A muchos de esos GUERREROS de la vida sí les doy una oportunidad. ¿¿¿Porqué??? ¡¡¡MERECEN VIVIR!!!... Y cuando uno de esos seres que supieron vivir llegan a mis brazos... Los recibo contenta, PORQUE NO SE QUEJAN CON EL CLASICO "SI YO HUBIERA..." Ellos hicieron todo lo que quisieron hacer... Y por eso les indico el camino que han de seguir... Ese camino que sin duda les hará volver a vivir.
¿¿¿Así que si no me recordabas???, ¡¡¡AQUÍ ESTOY!!! Porque mañana te toca a ti... Te queda un solo DÍA... ¿Qué harás con él?...
Si me convences PUEDE que te permita VIVIR. HOY ESTÁS EN LOS BRAZOS DE LA VIDA... PERO MAÑANA... MAÑANA ESTARÁS EN LOS MÍOS... ASÍ QUE... ¡¡¡VIVE TU VIDA!!! TE ESPERO...
A T E N T A M E N T E:
LA MUERTE.

viernes, 3 de septiembre de 2010

GEOTERAPIA Y HORNEROS


“Si la tierra puede crear cuanto comemos y, a la vez, lo que bebemos, no es difícil comprender la importancia que la tierra contiene, no sólo para nuestra vida normal, sino que, a la vez, para nuestra anormalidad patológica.” Dr. José Castro. Naturalista.

El naturismo es una doctrina que permite curar el cuerpo por medios naturales. Es decir, que se sirve de la Naturaleza como agente de curación. Entre los agentes naturales que actúan como poderosos estímulos capaces de producir reacciones curativas, son bien conocidos el agua, el sol, el aire, etc., pero la arcilla permanece ignorada incluso para muchos adeptos al Naturismo.
Desde la remota antigüedad, encontramos pueblos que conocían las grandes propiedades de la arcilla, la tierra y el barro, y la empleaban como remedio. Plinio el Viejo hablaba ya en su Historia Natural, de las propiedades medicinales de una tierra blanca que se recogía en las colinas vecinas de Nápoles y Galeno, entre otros, hacen alusión a sus virtudes curativas. En esa misma época –refieren sus estudiosos- cuando moría un familiar de enfermedad contagiosa, toda la loza que se había usado para el enfermo se enterraba unos días bajo tierra y se tenía la seguridad que quedaba totalmente desinfectada.
A finales del siglo XIX, el uso de la arcilla, como terapéutica, fue de nuevo preconizado, por los naturópatas alemanes, particularmente el pastor Felke, Luis Kuhne, el abate Kneipp, Adolfo Just y Juan Baur, llamado también Padre Tadeo.
En la actualidad, la medicina convencional la emplea frecuentemente, bajo formas y nombres diversos (silicato de alúmina, caolín coloidal, etc.) En varios países europeos, es utilizada para el tratamiento de diversas enfermedades y más particularmente, de la tuberculosis. Se sabe que en Devos, un importante centro suizo de tratamiento de las infecciones pulmonares, se recurría a la arcilla, en los casos graves.
Varios investigadores, en fin, prosiguen actualmente en sus trabajos sobre posibilidades curativas de la arcilla, en diversas patologías y en materia de cáncer, lo que es tal vez la más reconfortante de sus aplicaciones, sobre la asombrosa defensa que ella constituye contra el azote número uno de nuestra época.
Mucho se ha escrito y testimoniado sobre el poder curativo de la arcilla, pero lo que conviene tener en cuenta es su gran poder desinfectante y antibiótico,  más de que la Geoterapia no se reduce a la arcilla, sino que comprende toda forma de tierra. El poder curativo de la tierra está bien comprobado.
Es muy notable el poder de absorción de la arcilla: cinco gramos de buena arcilla bastan para decolorar 10 centímetros cúbicos de una solución de azul de metileno, al 1% de agua. En laboratorio, un ratón, al que se da una pequeña porción de estricnina, muere en pocos minutos. El mismo, si se añade, a la dosis de estricnina, un poco de arcilla, soporta el veneno sin inconveniente.
Muchos podemos dar fe de que cubrirse de arena en la playa produce un bienestar general y nos dota de vitalidad.
El valor terapéutico del lodo supera el de la arcilla o tierra y son tantas sus aplicaciones que ya la medicina convencional, que tan ferozmente se opuso a tantos tratamientos naturales, se inclina ante estas verdades regeneradoras, y empieza a reconocer a la arcilla como elemento de un extraordinario poder de  absorción del mal, cuya radiactividad naturalmente equilibrada, presenta un poder real de transmisión de fuerza y vitalidad del organismo enfermo. Un ejemplo incuestionable y muy difundido recientemente es la aplicación de lodo con fines de restauración del cutis, tan popular en las damas.
Concluyamos entonces que la tierra es el milagroso laboratorio de la vida; ella jamás es agente de muerte,  pues está destinada a recibir en su seno cuanto se destruye y muere para transformarlo en nuevos elementos de vida orgánica.
Pero lo que me induce a escribir sobre la Geoterapia no es referir lo ya conocido, sino asociar  a ella dos informaciones, de primera mano, que me parecen muy interesantes. Una de ellas tiene que ver con la terapia recomendada a un amigo que sufriera un accidente vascular cerebral, y que consiste en caminar descalzo en el lecho áspero del rio para estimular centros nerviosos afectados. Esto tiene mucho sentido y se han notado importantes progresos. La otra –por fin justificamos el título de nuestra nota- tiene que ver con mi casual encuentro con un vendedor de nidos de  horneros. Me llamó mucho la atención ver un conjunto de ellos en la calle y no quise quedarme con la duda, por lo que confirmé que estas construcciones hechas de barro por estas aves y con una extraordinaria capacidad de diseño (conocemos nidos sencillos, dobles, de dos, tres y más plantas y en formas muy originales),  son utilizadas para curar la parálisis facial. La terapia recomienda calentar el nido al máximo y vaciarle alcohol encima para que la persona, afectada por esta dolencia, reciba estos vapores en el rostro en varias sesiones. Muchas personas aseguran que quienes reciben esta terapia con el barro del nido de los horneros, muestran una casi completa rehabilitación de los músculos del rostro, en relación a quienes no se someten al mismo. No es mi interés afirmar que esta terapia funcione, pero sí aguijonear la curiosidad de geoterapeutas, médicos convencionales y estudiantes del tema. Por lo menos, no he encontrado en ninguna fuente bibliográfica de geoterapia, referencia alguna a estas dos aplicaciones terapeúticas.
Como quiera que existe una no escasa demanda de nidos de horneros y se paga por cada uno de ellos el equivalente de 3 a 5 dólares, es de desear que con esto no se induzca a despojar de sus viviendas a estas aves, por lo menos mientras estén vivas, lo cual también -seguramente- aguijoneará a las personas dedicadas  a la defensa de los animales.

jueves, 2 de septiembre de 2010

EL MISTERIO DEL PAPELITO AZUL



Ya va para treinta años que un condiscípulo me contó en la 
universidad este extraño suceso. Habíalo oído de labios de un 
anciano sacerdote canadiense, el cual, a su vez, le aseguró que 
había corrido de boca en boca, muchos años antes de alcanzar los 
honores de la imprenta. Ni mi condiscípulo ni yo pudimos 
averiguar quién fue el primero que lo puso en letras de molde. 
Cleveland Moffett, Isabel Jordan y otros autores han escrito 
distintas variaciones de la curiosa historia, todas por cierto, 
inspiradas en la relación oral de la misma. Acaso haya entre los 
lectores alguno que conozca la fuente primera del insólito 
episodio. 
Es el caso, pues, que Juan Thane, joven norteamericano de 
brillantes aptitudes comerciales, hizo un viaje de negocios a 
Francia enviado por la casa en que trabajaba. No había salido 
nunca de los Estados Unidos, y no sabía media palabra de francés. 
Llegó a París por la tarde, alquiló una habitación en un hotel 
y se dirigió a un café al aire libre, en uno de cuyos veladores 
se sentó. En una mesa próxima estaba una joven francesa muy 
bonita, que empezó a dirigirle seductoras sonrisas. Aunque la 
linda desconocida menudeaba las sonrisas con provocativa 
insistencia, nuestro prudente norteamericano optó por hacerse el 
desentendido. Al cabo de unos minutos, la burlada Circe sacó del 
bolso una hojita de papel azul, garrapateó algo en ella, y la 
dejó caer al suelo. Levantóse enseguida, lanzó una última y 
significativa mirada al impasible yanqui y se escurrió 
rápidamente entre el gentío que llenaba el bulevar a esa hora. 
Picado por la curiosidad y tardíamente arrepentido de no haber 
entablado relaciones con tal encantadora criatura, Thane recogió 
el papel. La mano de la insinuante beldad había trazado en él 
unas cuantas palabras francesas. Pensando que pudiera contener 
algo de interés, le rogó al camarero que se las tradujese. 
Leerlas, abrir desmesuradamente los ojos con expresión de espanto 
y ordenar a Thane, con destemplados ademanes que se largara 
enseguida del café, fue todo uno. 
De vuelta al hotel, contóle al administrador el extraño suceso, 
y le enseñó el papel en cuestión. El administrador clavó en el 
joven una mirada fulgurante de aversión y encono y, negándose a 
dar explicaciones de ningún género, lo puso de patitas en la 
calle. 
Lleno de temor y de confusión, guardóse Thane la fatídica 
hojita en el bolsillo más recóndito y seguro, jurando no 
enseñársela a alma viviente en aquella ciudad singular. 
Apenas puso el pie en tierra americana, le refirió al jefe de 
su firma, un amable francés que había sido íntimo amigo de su 
padre y lo era suyo también muy cordial, lo que le había sucedido 
en París. Aseguróle el jefe que debía de tratarse de alguna broma 
por demás enojosa, y se brindó gentilmente a descifrar el enigma. 
Mas tan pronto como le echó la vista encima al dichoso papelito 
azul, púsose rojo como la grana, tembláronle los labios de 
violenta indignación, y arrojándole la hoja a la cara al 
petrificado Thane, le ordenó con voz convulsa que se marchara al 
punto de su presencia y que se diera por despedido para siempre. 
Consternado, y cesante por añadidura, salió el pobre Thane a 
la calle. No sólo habíale robado la maldita esquelita la paz del 
alma, sino hasta lo había dejado sin empleo. 
Se le ocurrió, por fin, una idea. Su antigua niñera que lo 
quería mucho, era francesa. A su casa se dirigió, pues, el 
atribulado joven. Contóle ce por be cuanto le había sucedido por 
culpa del malhadado papelucho. Juró ella solemnemente traducir 
con fidelidad las misteriosas palabras. Antes de sentarse, sacó 
Thane una pistola y poniéndola sobre la mesa dijo: "Dame la 
traducción exacta, literal... o no saldré de aquí con vida". Hizo 
ella un gesto afirmativo con la cabeza y tendió la mano para 
coger el papel. 
Thane metió la suya en el bolsillo donde tenía la costumbre de 
guardar la hojita... no estaba allí... metió la mano en otro... 
tampoco. Urgó, registró, se vació, anhelante, todas las 
faltriqueras... nada: El papel había desaparecido. Thane no 
volvió a verlo más.


El origen de este escrito data de la década de los años 40´s del siglo pasado  y dado que su autoría es una nebulosa en el tiempo, le pertenece a toda la humanidad.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

PLEGARIA DEL ÁRBOL


VISITANTE, REFLEXIONA:
YO SOY LA MADERA DE TU CUNA,
LA TABLA DE TU MESA,
LA PUERTA DE TU CASA.

SOY EL MANGO DE TUS HERRAMIENTAS,
Y EL BASTÓN DE TU VEJEZ.

YO SOY TAMBIÉN EL FRUTO
QUE TE NUTRE Y TE REGALA,
LA SOMBRA PROTECTORA QUE TE COBIJA
DE LOS ARDORES DEL ESTÍO,
EL REFUGIO BONDADOSO DE LOS PÁJARILLOS
QUE ALEGRAN CON SUS CANTOS TU DERPERTAR,
Y QUE LIMPIAN DE INSECTOS TUS CAMPOS Y CULTIVOS.

SOY SEÑAL EN LA MONTAÑA,
LINDERO EN LOS CAMINOS,
PARARRAYOS EN LAS LLANURAS.

YO SOY LA MADERA DE TU BARCA,
LA LEÑA DE TU FUEGO,
LAS VIGAS DE TU TECHUMBRE
Y POR ÚLTIMO RECUERDA:
SOY LA MADERA DE TU ATAÚD
Y LA CRUZ POR LA CUAL FUISTE REDIMIDO.

TÚ QUE MIRAS EN ESTE INSTANTE,
TU QUE ME PLANTASTE Y REGASTE CON AMOR,
TÚ QUE ME HAS CONTEMPLADO TANTAS VECES…
ÓYEME BIEN, MÍRAME BIEN
Y DEFIÉNDEME DE LA MANO ENEMIGA.

Se conocen muchas versiones de la “Plegaria del árbol”. Se percibe que se han introducido muchas modificaciones a la versión original,  todas ellas animadas por una relación particular con este prodigio de la naturaleza, lo cual es bueno.
Para nosotros ésta es la mejor versión y la que –se nos dice- fue encontrada en una plaza de un desconocido poblado cacereño del valle del Tiétar en España.