miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las “Cortes de Amor”


En Francia, en los siglos XI al XIV, los poderosos señores se sometían al fallo de las “Cortes de Amor”, el equivalente de lo que nosotros llamaríamos ahora los “juzgados de amor” y que son inexistentes en nuestra organización judicial que resuelve litigios civiles, penales, comerciales, de familia, etc., pero no de amor.
En estos tribunales femeninos, que en determinados días del año se reunían con un gran ceremonial, figuraban las damas de mayor alcurnia, talento y belleza; a fin de deliberar gravemente acerca de las cuestiones más delicadas de la galantería, que en dicha época poseían gran importancia.
Las “Cortes de Amor” han sido recogidas por la historia (César Cantú las menciona en su obra de historia) y según ésta fueron una institución muy conveniente al principio, para introducir unas costumbres leales y corteses; castigando a quienes de ellas se apartaban con la terrible pena de opinión; aunque más adelante las tales Cortes de Amor degeneraron en una mezcla estúpida de pedantería, frivolidad e irreligión.
Los estudiosos de este curioso tribunal dicen que las damas más bellas, ayudadas por caballeros, celebraban aquellos tribunales a imitación, o como parodia, de los tribunales de justicia; unos permanentes, otros temporales. Las damas de varias provincias de Francia tenían una “Corte” permanente, otras “Cortes” solo duraban  en los festejos, y especialmente cuando algún suceso de galantería o infidelidad exigía una decisión rápida. De sus fallos era posible una apelación, que se verificaba a petición del “procurador del amor” o de las partes interesadas.
Para esos juicios había un código, entre cuyos 31 artículos se hallaban, como primordiales, los siguientes:
·        El matrimonio no excusa amar.
·        El que no sabe ocultar no sabe amar.
·        Nadie puede alimentar dos afectos a la vez.
·        El amor siempre crece o disminuye.
·        Son insípidos los placeres que un amante arrebata a otro sin consentimiento de éste.
·        El amor no suele habitar en casa del avaro.
·        La facilidad de gozar reduce su precio; la dificultad lo aumenta.
·        El verdadero amante es tímido.
·        Nada impide que un hombre sea amado por dos mujeres, o una mujer por dos hombres.
A la deliberación de las “Cortes de Amor” se sometían asuntos extravagantes  que versaban acerca de la moral, la cortesía caballeresca y las querellas amorosas, como las siguientes:
Un caballero imploraba el amor de una dama sin lograr vencer su rechazo. Le envió unos regalos que la dama admitió,  sin que, pese a ello disminuyesen sus rigores para con el desdichado enamorado. Este se quejo por haber sido burlado en sus esperanzas, al aceptar la dama los obsequios.
         La reina Leonor, esposa de  Luis VII dio su juicio:
“Conviene que una mujer rehúse los regalos que le sean ofrecidos con fines amorosos o lo que corresponda a ellos, o que se resigne a ser colocada en el número de las más abyectas cortesanas.”
Un amante ya ligado por un decoroso  afecto, requirió de amores a una dama, como si antes no hubiese prometido su fe a otra, y fue escuchado. Mas cansado de su felicidad, volvió a su primera amante, la que promovió una querella por parte de la segunda. ¿Cómo debía ser castigado el tornadizo amante?
El Juicio de la condesa de Flandes fue como sigue:
“Ser privado de los favores de ambas damas, y ninguna que sea honrada le concederá su amor.”
Un día, un caballero citó a una dama a juicio por haberle herido con un beso. La “Corte” condenó a la bella a limpiar todos los días la herida con sus labios.
Otro caballero se enamoró de una dama que, estando comprometida con otro, le ofreció otorgarle sus favores si perdía el amor de su rival. Poco después, la dama se casó con éste, y el caballero la requirió de amores, más ella se negó a corresponderle, alegando que no había perdido el amor a su primer amante.
Sometido el caso a la reina Leonor de Poitou, ésta condenó a la dama a otorgar el afecto prometido al caballero.
Finalmente, la galantería llevada a tales extremos, se convirtió en simpleza, libertinaje y escándalo.
Incluso se llegó a ver que un sacerdote otorgó dispensa al pié del altar para amar a una casada, o sea para cometer adulterio. Y otro encendió cirios en los santuarios a fin de lograr vencer el desvío de una hermosa.
Cuando la condesa Champagne fue preguntada si puede existir el amor verdadero entre casados respondió:
-Por el tenor de los presentes, sostenemos que  el amor no puede extender sus derechos entre marido y mujer; los amantes se lo conceden todo recíproca y libremente, sin ninguna obligación de necesidad, mientras que los cónyuges tienen que someterse por obligación a todas las voluntades el uno al otro.
Pese a todo esto, entre tanta frivolidad y simpleza, las “Cortes de Amor” dejaron traslucir en sus sentencias una protesta contra el matrimonio puramente somático, teniendo en ellas comienzo el verdadero amor espiritual.
No hay duda que los pleitos del amor son invariables en el tiempo. A este respecto y socarronamente el escritor francés Hipólito Taine, nos recuerda que las parejas: "Estúdianse mutuamente durante tres semanas, ámanse durante tres meses, disputan durante tres años, sopórtanse durante treinta años. -y los hijos vuelven a empezar-".
Nos felicitamos que estas “Cortes de Amor” no hayan perdurado hasta el presente, pues si tuviéramos que acudir ante estas instancias con nuestras demandas amorosas,  de seguro que el panorama de la justicia boliviana sería aún peor,  pues como se deduce de un anónimo encontrado en una mesa de biblioteca de una Facultad de Derecho  para emprender un pleito es necesario:
·        Caja de banquero,
·        Piernas de ciervo,
·        Paciencia de ermitaño,
·        Tener la razón,
·        Saberla exponer,
·        Encontrar quien la entienda,
·        Y quien la quiera dar,
·        Y deudor que quiera pagar.
Demasiado complicado para entablar un pleito amoroso.

miércoles, 24 de agosto de 2011

EL PLACER DE SERVIR

Toda la Naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el aire, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú ; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú ; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, aceptalo tú.
Sé el que apartó la molesta piedra del camino ; sé el que apartó el odio de entre los corazones y las dificultades del problema.
Existe la alegría de ser sano y la de ser justo ; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
¡ Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que acometer !
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles, ¡ Es tan bello hacer lo que otros esquivan !
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos ; hay pequeños servicios que son buenos servicios : adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica, éste el que destruye, sé tú el que sirve.
El servir no es faena de inferiores. Dios, que dá el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así, El que sirve. Tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿ serviste hoy? ¿a quién? ¿al árbol, a tu amigo?

GABRIELA MISTRAL

lunes, 27 de junio de 2011

¿DÓNDE LE DUELE?

Todavía es posible encontrar en algunos selectos anticuarios, unas hermosas figuras de marfil, que eran utilizadas  por las mujeres chinas para indicar donde les dolía, y ser tratadas sin ser visitadas, pues su pudor les impedía desnudarse.
Cuando alguien decide iniciar, a manera de hobby, una determinada colección debe estar atento a que cada una de las piezas acopiadas guarde detrás de si toda una encantadora historia.
Es una lástima que la vertiginosidad de la vida contemporánea nos aleje cada vez más de aficiones tan reconfortantes e interesantes.

miércoles, 22 de junio de 2011

OLLANTA HUMALA Y EL HIMNO MARCIAL PERÚ-BOLIVIANO


La reciente visita a Bolivia del presidente electo de la República del Perú, ha causado un revuelo extraordinario. El haber expresado Ollanta Humala que sueña con la reunificación Perú Boliviana ha sido un vigoroso tónico para integración latinoamericana, en general, y para la Perú Boliviana, en particular. Chile ha encontrado que esta causa por la integración es una “amenaza” y dice –a través de su clase política- haber “perdido la paciencia” (léase los estribos). Esto no sorprende en lo absoluto pues es lógico comprender que el solo anuncio de la unidad de dos pueblos hermanos le quite el sueño a quie nos prefiere distanciados y hasta enfrentados.
Pero, dejando de lado los aspectos políticos queremos tomar un derrotero más histórico y de remembranza.
 Muy pocas personas conocen o recuerdan el Escudo de la Confederación Perú-Boliviana, esa Confederación a la que la historia cuenta entre los Estados desaparecidos de esta parte del Continente y que -como sabemos- involucró al Alto y Bajo Perú; y se constituyó por la confederación del Estado Nor-Peruano, el Estado Sud-Peruano y el Estado de Bolivia (que era una República); bajo el gobierno del gran Mariscal boliviano Andrés de Santa Cruz, supremo protector de la Confederación, y a su vez, presidente boliviano.
Cuanto perturbó la Confederación Perú-Boliviana a Chile, puede deducirse del siguiente texto, tomado de una nota  que el Gobierno de Chile dirige a su Ejército: "La posición chilena frente a la Confederación Perú-Boliviana es insostenible. Unidos esos dos Estados, aunque no sea más que momentáneamente, serán siempre más que Chile en todo orden de cuestiones y circunstancias. La Confederación debe desaparecer para siempre del escenario de América. Debemos dominar para siempre en el Pacífico".
La duración de la Confederación fue de sólo dos años, desde 1837 a 1839, debido a la guerra declarada por el gobierno de Chile, la Confederación Argentina y peruanos contrarios al proyecto de Santa Cruz. El Ejército Unido Restaurador, formado por tropas chilenas y peruanas bajo el mando del general Manuel Bulnes y el mariscal Agustín Gamarra derrotó a las tropas de la Confederación en la Batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839. Recordemos que en el bando de Bulnes se encontraba el general Ramón Castilla, futuro Gran Mariscal del Perú, quien revirtió el resultado de la batalla al oponerse a la orden de retirada de éste general diciéndole “¡No hemos venido a correr¡” y reorganizar al Ejército contra Santa Cruz.
Imaginemos por un momento cuánta grandeza sería posible hoy para los pueblos peruano y boliviano, de no haber sido truncado este descomunal proyecto del visionario Mariscal de Zepita. Probablemente estaríamos liderizando el progreso de la región, a más de haber repuesto nuestra cualidad marítima desde entonces y explotado muchas de nuestras potencialidades.
Pues bien, al margen de esta reminiscencia, hemos constatado que -como es normal-, de un acontecimiento de la magnitud de la Batalla de Yungay; han surgido, a posteriori, diversas invocaciones fruto también de las distintas perspectivas históricas. Para el caso de la presente nota nos referimos a los himnos, esas composiciones musicales revestidas de solemnidad, usadas para transmitir sentimientos de patriotismo, la superioridad de unos países frente a otros o, incluso, las gestas realizadas contra otros; de los cuales dos –referidos a esta batalla,  son de amplio conocimiento.
El  primer Himno fue compuesto en 1839, con música de José Zapiola y letra de Manuel Rengifo, en honor a la batalla desarrollada en el Cerro Pan de Azúcar de la Provincia de Yungay  y fue considerado por mucho tiempo (hasta la segunda mitad del siglo XX) casi un segundo himno nacional en Chile por su popularidad. Una de sus estrofas evoca:
“Cantemos la gloria
del triunfo marcial
que el pueblo chileno
obtuvo en Yungay”.
El segundo Himno de Yungay,  es una obra musical de carácter triunfal escrita por el Músico y educador peruano, Dr Juan Olivera Cortez, que en una de sus estrofas insta:
“Recojamos con todo entusiasmo
las lecciones que el tiempo nos dió
y esforzados luchemos, sin tregua
porque todo lo bueno en Yungay,
el trabajo, la industria, la ciencia
el deber, el arte y la amistad,
la virtud, el honor y el progreso,
toda sea mañana mejor”.
Pero hay más. Ahora deseamos difundir un “nuevo” viejo himno, uno que data de 1881, tan ampliamente desconocido, como conocidos son los anteriores. Se trata de esa composición que recoge en su letra los valores, sentimientos, esperanzas o sueños de peruanos y bolivianos, respecto de esa gran gesta y   que nos identifica con ese hito en la construcción de la unidad de nuestros pueblos. Es el Himno Marcial Perú Boliviano compuesto en letra por el Boliviano Federico de la Peña –por quien indagamos infructuosamente- y  la música  del español Jaime Xarau (Barcelona, 1843; Buenos Aires, 31-08-1918),  fagotista, organista, director coral, compositor; organista en los templos de las inmediaciones de Barcelona, que estudió en Paris para luego hacer viaje a la Argentina a sus 22 años, donde en 1874 por expresa solicitud de don Domingo Faustino Sarmiento se traslada a la ciudad de Córdoba, donde luego de muchos años de conducir coros escolares, en 1881 escribe la música para el Himno Marcial Perú-Boliviano.
No es nuestro propósito reproducir la partitura completa del Himno Marcial Perú-Boliviano, así como la Letra del Himno Marcial a Bolivia, homenaje también de Federico de la Peña a su Patria Bolivia; por lo que nos limitamos a transcribir las estrofas de este primer y novedoso himno:

Bravos hijos del ínclito pueblo
Que heredo de Bolívar el nombre
Vindicad de la patria el renombre
Que el chileno pretende ultrajar
Ved…! Sus plantas odiosas oprimen
Vuestro hogar y el hogar del Peruano,
I entre orgías sangrientas, insano
Doquier busca botín que robar.

Arma el brazo en la lid justiciero,
¡Oh hijo altivo del Alto Perú!
Que harto noble y heroico guerrero,
I patriota indomable eres tu.

La revelación de esta pieza documental de nuestra biblioteca personal y de tan alto valor histórico y artístico, es nuestro modesto aporte a la causa de la unidad latinoamericana en general y las del Perú y Bolivia, estados hermanos inveterados.
Concluimos la remembranza de la Confederación Perú Boliviana reponiendo la convocatoria del gran patriota latinoamericano Rubén Darío:

“¿Oh pueblos nuestros! ¡Oh pueblos nuestros!
Juntaos en la esperanza y en el trabajo y en la paz.”

Ricardo Fuentes Vélez

martes, 7 de junio de 2011

A PROPOSITO DE BOLSILLOS

Monsieur De Corbieres era consejero del rey Luis XVIII y asistía un día a un consejo de ministros bajo la presidencia del monarca. Descortés con los presentes, De Corbieres, sacó su tabaquera y la colocó sobre la mesa. El rey, disgustado por aquella infracción a las leyes de etiqueta, frunció el ceño para manifestar su desagrado, Pero el señor De Corbieres, no solamente no se dio cuenta de la torpeza de acababa de cometer, sino que junto a la tabaquera colocó el pañuelo. El, rey perdida ya paciencia, le dijo en tono severo:
-       Veo, Monsieur, que tiene la intención de vaciarse los bolsillos…
El ministro, dándose cuenta entonces de su error, dio una respuesta que salvó la situación:
-       Os pido perdón, sire, pero estoy convencido de que para un ministro es mucho mejor vaciar los bolsillos que llenarlos…
¿Cuántos administradores de la cosa pública pueden repetir, sin vergüenza, la frase de Monsieur De Corbieres? Lo ignoramos. Para saberlo, de seguro, la ciudadanía en general deberá asumir una actitud vigilante, involucrarse en los actos del gobierno, ejercer sus derechos de control social.
Recuerdo, a propósito,  un chiste que reproducía el discurso de un candidato corrupto y sinvergüenza, que en su campaña proselitista vociferaba:
-       “… Porque en estos bolsillos, nunca entró un peso de coima…”
Entonces, de entre el público, alguien gritó fulminante:
-       “¡Seguro estarás estrenando traje!”
En mis tiempos de joven activista de Derechos Humanos, atendiendo una denuncia de un ciudadano humilde contra un abogado inescrupuloso que, pretextando patrocinarle un caso difícil, le había arrebatado una suma excesiva de dinero; al plantear el reclamo al denunciado recibí éste exabrupto:
-       ¡No le permito a Derechos Humanos que me meta en mis bolsillos!.
Y es que el en los bolsillos de toda persona pueden bien caber, los rendimientos dignos del trabajo o el resultado de la felonía culpable de la injusticia y el atraso. 

lunes, 6 de junio de 2011

DECÁLOGO DEL MAESTRO

1. AMA. Si no puedes amar mucho, no enseñes a niños.
2. SIMPLIFICA. Saber es simplificar sin quitar esencia.
3. INSISTE. Repite como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección.
4. ENSEÑA con intención de hermosura, porque la hermosura es madre.
5. MAESTRO, se fervoroso. Para encender lámparas basta llevar fuego en el corazón.
6. VIVIFICA tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.
7. ACUERDATE de que tu oficio no es mercancía sino oficio divino.
8. ACUERDATE. Para dar hay que tener mucho.
9. ANTES de dictar tu lección cotidiana mira a tu corazón y ve si está puro.
10. PIENSA en que Dios se ha puesto a crear el mundo de mañana.
Gabriela Mistral

miércoles, 1 de junio de 2011

LOS DOS LOBOS

Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida.
Les decía: una vieja pelea está ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos; uno de los lobos es maldad , temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, competencia, superioridad, egolatría.
El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y fe.
Esta misma pelea está ocurriendo continuamente dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra.
Los chicos se quedaron pensativos, y uno de ellos preguntó a su abuelo:
¿ Cuál de los lobos ganará?
…y el viejo cacique respondió simplemente
“El que alimentes”

jueves, 21 de abril de 2011

LA ARROGANCIA DEL HOMBRE: EL ENJUICIAMIENTO DE CRISTO

La imagen del Hijo de Dios inspira la fraternidad entre los seres humanos, induce al amor despojado de intereses mezquinos. En esta Semana Santa, nos ha parecido oportuno enseñar algunos textos que atesoramos desde nuestro tiempo de estudiantes. El primero corresponde a la sentencia condenatoria que cupo al enjuiciamiento de Cristo y, la segunda, a la de absolución que librara un juez español. Increíblemente el Hijo de Dios ha sido sujeto procesal y -seguramente- lo es todos los días, si tomamos en cuenta que –no solamente en los estrados judiciales- nos permitimos juicios sobre nuestros semejantes; olvidando aquel aserto bíblico que dice "cuando le hicieras algo a tu hermano me lo estarás haciendo a mi"

 TEXTO DE LA SENTENCIA PRONUNCIADA CONTRA JESÚS POR PILATOS (1)

"Yo, Poncio Pilatos, aquí en Jerusalén Regente por el Imperio Romano, dentro del Palacio de la archipresidencia, juzgo, sentencio y pronuncio que condeno a muerte a Jesús, llamado por la plebe Nazarethno, de nacionalidad galileo, hombre sedicioso, contrario a la ley, a nuestro Senado y al Gran Emperador Tiberio César.

Y por mi sentencia determino que su muerte sea en la Cruz, fijado con clavo a la costumbre de los reos; porque juntando aquí y congregando cada día muchos hombres pobres y ricos, no ha cesado de promover tumultos por toda la Judea, diciéndose Hijo de Dios y Rey de Israel, y amenazarles la ruina de esta  insigne ciudad de Jerusalén y su Templo, y del sacro Imperio, negando el tributo a César; y por haber tenido el atrevimiento de entrar con ramos y triunfo, con gran parte de la plebe, dentro de Jerusalén y en el sacro Templo de Salomón.

Mando al primer Centurión, llamado Quinto Cornelio, que lo lleve por dicha ciudad de Jerusalén al patíbulo. Y que le sean puestas sus vestiduras para que sea conocido de todos y la propia cruz en que ha de ser crucificado. Que vaya por todas las calles públicas en medio de dos ladrones que también están condenados a muerte por hurto y homicidios que han cometido, para que de esta manera sea ejemplo de todas las gentes y malhechores.

Ordeno que después de haber sido así traído este malhechor por las calles públicas, lo retiren de la ciudad por la puerta Pagora, que ahora llaman Antoniana; y con voz de pregonero que diga todas las culpas expresadas en esta mi sentencia y que lo lleven al monte que se dice Calvario, donde se acostumbra ejecutar y hacer justicia a los malhechores facinerosos; y así predicado y crucificado en la misma cruz que lleve (como arriba queda dicho), quede su cuerpo suspendido entre los dichos dos ladrones. Y sobre la Cruz que le sea puesto el título de su nombre en las tres lenguas que ahora se usan, a saber: Hebrea, griega y latina. Y que en todas ellas y en cada una se diga: Este es Jesús Nazarethno, Rey de los judíos para que todos entiendan y sea conocido por todos.

Otrosí ordeno, bajo pena de los bienes y de la vida, y de rebelión al Imperio Romano, que nadie, de cualquier estado y condición que sea, se atreva temerariamente a impedir la dicha justicia por mi mandada hacer, pronunciada, administrada y ejecutada con todo el rigor, según los decretos y leyes romanas y hebreas.

Año de la creación del mundo, cinco mil doscientos y treinta y dos, día veinticinco de marzo. Firmado: PONCIO PILATOS Juez y Gobernador de la Baja Galilea, por el Imperio Romano."

Una otra reproducción y más completa de este interesantísimo documento, esto es la Sentencia original dictada contra Jesús  por Poncio Pilatos,  fue reproducida en el Almanaque Bayer del año 1929. Según la tradición, este documento fue hallado en Jerusalén por uno de los legionarios de Godofredo de Buillón y llevado por éste a Nápoles. Debido al celo con que quiso conservársele, permaneció oculto allí por más de 400 años y aún lo estaría si una casualidad no hubiese venido a revelar su existencia.
Tal documento, cuya autenticidad ha dado origen a varias controversias, está escrito en hebrero, de puño y letra de Anáz, y dice literalmente así:

"En este año, 19 del Reinado de Tiberio, Emperador Romano del todo el mundo y Monarca Invencible; 121 de la Olympiada; 24 de la Eliada; 4187 de la creación del mundo, según los cómputos hebreos; 73 de la Progenie del Imperio Romano; y 1207 de la libreación de Babilonia, siendo Gobernador de Judea, Quintino Servio; Regente y Gobernador de Jerusalén, el gratísimo Presidente Poncio Pilatos; Regente de la Baja Galilea, Herodes Antipas; y  Cónsules Romanos en la ciudad de Jerusalén, Quinto Cornelio Sublime y Sexto Pompilio Rusto, hoy día 25 del mes de Marzo.

YO, Poncio Pilatos, Presidente del Imperio Romano, en este mi palacio y residencia, juzgo, condeno y sentencio a muerte a Jesús, llamado por la plebe "Cristo Nazareno", galileo de origen y hombre sedicioso, enemigo de la Ley mosaica y del Gran Emperador Tiberio César. Por medio de la presente determino y mando que se le dé muerte de cruz, sujetándolo a ella con clavos, según se acostumbra con los reos, porque habiendo congregado en varias ocasiones a numerosas personas ricas y pobres, promovió incontables tumultos en toda Judea, se hizo llamar Hijo de Dios y Rey de Israel, amenazó de ruina a Jerusalén y al Templo Sacro, negó en éste a César y tuvo la osadía de entrar en triunfo, compañado por la plebe, a Jerusalén y al templo. Mando, además, que se le lleve por la ciudad, ligado y azotado, que se le vista de púrpura, se le ponga corona de espinas y se le haga conducir en los hombros su propia cruz, para que sirva de ejemplo a todos los malvados. Ordeno, también, que con él sean llevados al patíbulo dos ladrones omicidas y que sacándolo por la Puerta Sagrada, se le conduzca al Monte de la Justicia, o Calvario, donde debe crucificársele, y que una vez muerto se deje su cuerpo expuesto como escarmiento para los sediciosos, poniendo sobre la cruz, en tres lenguas -hebraica, griega y judía- esta inscripción: "Jesús Nazareno Rey de los Judíos". Ordeno, por último, que nadie, cualquiera sea su estado o jerarquía, se atreva a impedir el que esta sentencia por mí dictada, se ejecute con todo el rigor que prescriben las leyes romanas y hebraicas. Quien tal intentara, será acusado de rebelión al Imperio Romano y sufrirá las penas consiguientes.
Atestiguamos esta Sentencia: Por las doce Tribus de Israel: Rabbain Daniel, Rabbain Joannim, Bomcar, Barbassu, Lobi, Peluculani,  Por los Fariseos: Rubía, Simeon, Ronol, Rabbain, Mondoam, Buncorfosi. Por los hebreos: Nitaubeta. Por el Imperio y el Presidente de Roma: Luxio Lextulio, Amasso Chilio."

ABSOLUCION DE JESUSCRISTO (2)


Un juez de la Audiencia Provincial de Granada (sur español), dictó una sentencia por la que absuelve a Jesucristo de los delitos de blasfemia, rebelión y sedición por los que fue condenado y crucificado hace casi 2000 años, informó el diario local "Ideal".

El magistrado granadino Eduardo Rodríguez Cano se declaró convencido de que si la causa contra Jesús de Nazaret se hubiera desarrollado con todas las garantías jurídicas no habría habido más remedio que dejarlo libre, pues no existía ningún cargo contra El.

En sus declaraciones al diario granadino, Eduardo Rodríguez asegura que dictó la sentencia "como si fuese una oración, como un acto de amor en esta sociedad deshumanizada".

"Me considero casi un blasfemo porque no soy nadie para juzgar a Cristo, pero mi intención ha sido la de que Jesús de Nazaret tuviera una sentencia justa y dar una lección a los que le juzgaron".

La idea de revisar el proceso contra Jesucristo se le ocurrió al magistrado al hablar con un amigo suyo que le había confiado la misión de redactar un pregún para la cofradía de la Virgen de las Maravillas y el Cristo de la Sentencia.

"Me puse a revisar la Biblia y en concreto el Evangelio según San Mateo, único documento escrito sobre la causa contra Jesús" dijo el magistrado.

"Si aquel juicio se hubiera celebrado con todas las garantías hubiera sido absuelto, entre otras cosas porque sólo tuvo acusadores y nadie que lo defendiera", afirmó.

En los antecedentes de hechos de la sentencia,  el magistrado narra la vida de Jesús y en los fundamentos de derecho asegura que procede la libre absolución de Jesús, ya que "en la tramitación del antiguo procedimiento se siguieron los trámites de un ordenamiento jurídico involucionado que no tuvo en cuenta la esencia y condición del hombre"

La sentencia también explica que “no ha habido costas judiciales materialmente apreciables pero sí cuantiosas las espirituales, que por voluntad del acusado se repartían a los hombres de buena voluntad y los más débiles y necesitados y marginados, todos hijos de Dios".

El magistrado granadino firmó la sentencia absolviendo con todos los pronunciamientos favorables y "con admiración, respeto, reverencia y con pedimento de humilde perdón a Jesús, alias el Nazareno".
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(1) Reproducido en "Derecho Procesal Penal", José Flores Moncayo, Ed. e Imprenta de la UMSA. La Paz, 1976 citando a "Cristo el Anarquista", Anibal Vaz de Mello. Ed. Claridad Rep. Arg.

(2) Noticia reproducida en la Edición de Correo del Sur de 01.04.90.


lunes, 11 de abril de 2011

CANTAR

Por Oscar Cerruto
Mi patria tiene montañas,
no mar.
Olas de trigo y trigales,
no mar.
Espuma azul los pinares,
no mar.
Cielos de esmalte fundido,
no mar.
Y el coro ronco del viento,
no mar.

jueves, 7 de abril de 2011

LOS DESALOJOS FORZOSOS DEBEN SER ASISTIDOS POR EL ESTADO

La vivienda como se sabe es, además de una demanda social, un derecho consagrado por la Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 25) y la Constitución Política del Estado (Art. 19), y su ejercicio está ligado a la dignificación del ser humano.

Pero si el derecho a la vivienda es evidente, no lo son menos sus violaciones; las cuales se presentan de innumerables formas: incapacidad económica para pagar el precio de un hábitat o un canon determinado para ocuparlo, irrespeto de los derechos del propietario o locatario, expropiaciones, desalojos  forzosos, traslados de personas, familias o comunidades de sus lugares, tierras o vecindarios contra su voluntad, atribuibles directa o indirectamente al Estado, etc.

No queda duda que una situación así, genera una inseguridad permanente entre quienes temen ser víctimas de prácticas de esta naturaleza, las que - cuando se producen-  suelen estar acompañadas de actos de violencia, manifiesta o velada,  que terminan agrediendo aún más la dignidad del ser humano.

El acelerado crecimiento urbano, la globalización de las fuerzas económicas, la debilidad de las instituciones del Estado ligadas al ejercicio de este derecho, la pasividad de los poderes públicos a la hora de garantizar los derechos de los grupos  desfavorecidos, la discriminación progresiva y a menudo sistemática, y otras fuerzas; contribuyen también a la consumación de actos y omisiones que niegan el derecho a la vivienda tan pomposamente proclamado.

Las causas de los desalojos forzosos son diversas y pueden producirse en relación con proyectos de desarrollo e infraestructura, adquisición o expropiación de tierras, construcción de viviendas o aprovechamiento de tierras, acontecimientos internacionales de importancia, especulación desenfrenada en terrenos o viviendas, restauraciones, actividades de reacondicionamiento urbano u ornato municipal y programas de reubicación o reasentamiento en gran escala.  En Bolivia, sin embargo, la mayoría de los desalojos se producen –quien creyera- por acción de la ley para la “defensa del derecho a la propiedad privada”

Como se advertirá, algunos de los casos de desalojo forzosos no pueden evitarse y plantean un costo humano elevado, por lo que toda justificación de  los mismos debe ser analizada desde el punto de los Derechos Humanos; pues son las mujeres, los niños y los jóvenes, los pueblos indígenas, las minorías étnicas, raciales, religiosas u otras, los grupos sociales de escasos ingresos, las poblaciones ocupadas y las personas carentes de seguridad jurídica de tenencia; las que son víctimas de la práctica del desalojo forzoso.

Cuando aún no olvidábamos los casos de violencia vinculada al derecho a la vivienda (El año 2008 se demolieron en la ciudad de Santa Cruz 120 viviendas de un programa de vivienda social del Gobierno, en septiembre del año pasado se desalojó a más de 35 familias en el Barrio Valparaíso de la misma ciudad y más de un centenar de moradas, fueron destrozadas en Sacaba pese al llanto y resistencia de mujeres y niños que perdieron su sueño de tener casa propia); en los días recientes los medios de comunicación social han vuelto a impactarnos con dramáticas imágenes de este mismo tipo en las que el Estado se muestra vigoroso al momento de cumplir el mandato jurídico que despoja a las personas de su vivienda o tierra contra su voluntad; pero está completamente ausente para proceder a un traslado asistido de las personas o grupos desalojados a otro lugar con el propósito de evitar daños colaterales sobre los más vulnerables. O algún funcionario o “servidor público” se habrá preguntado: ¿Dónde pasarán la noche esas personas, cuál será su situación médica, alimentaria o la de estudios de sus integrantes?

Lo visto en el último desalojo forzoso, ocurrido en la ciudad de Santa Cruz, es bastante revelador. La expulsión de una sola familia movilizó violentamente a todo un vecindario, que enfrentó a la fuerza pública. Estos eventos no nos dejan duda de que, a este respecto, el Estado, sus leyes e instituciones están en flagrante cuestionamiento social, por lo que urge una mirada reflexiva y autocrítica que reponga el valor, no solo de la sociedad jurídica y políticamente organizada sino también de los Derechos Humanos vulnerados.

No puede menos que asombrarnos que el gobierno no actuara en coherencia con su perorata sobre los Derechos Humanos y que procurara que los desalojos, que los medios reflejaron con desgarradores detalles, no hubieran sido planificados en su asistencia.

Ojalá  que la solidaridad de personas generosas haya socorrido a las víctimas de los lanzamientos ya consumados, pero con vista a las futuras acciones de éste mismo tipo –que de seguro las habrán y muchas más-, deseamos recordarle a los eventuales gobernantes, particularmente a su Ministro de Gobierno como ex militante de los Derechos Humanos, que la Resolución 1993/77 de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se ha pronunciado condenando la práctica de los desalojos forzosos que constituyen una violación grave de los Derechos Humanos.

Aún más, la legislación internacional de la materia, también impone a los Estados la obligación de adoptar medidas legislativas y de otra índole para asegurar que los beneficiarios de estos derechos queden protegidos de cualesquiera violaciones, así como de garantizar recursos efectivos en caso de que se atentara contra ellos; por ello, y con el fin de mitigar los daños y el sufrimiento desmesurados, corresponde proponer, por vía legislativa y/o administrativa, el conjunto de directrices siguientes:

  • El derecho a la protección contra los desalojos forzosos debe ser formulado de manera clara y lo más completa posible en ley especial correspondiente.
  • En lo posible el traslado debe ser evitado o, en todo caso, reducido al mínimo.
  • Cuando el traslado sea inevitable, debe  formularse y seguirse un plan de reubicación/reasentamiento en el que se asignen  suficientes recursos para la justa indemnización y reintegración de los afectados que deben beneficiarse del proceso de desarrollo de modo sostenible. Como mínimo, su situación no debe ser peor que antes del traslado
  • Las principales partes interesadas, en especial las comunidades afectadas, deben participar plenamente en el proceso de planificación y gestión.
  • Los favorecidos con el proyecto que da lugar al traslado deben pagar todos los gastos del proceso, incluida la reinserción socioeconómica de los afectados, hasta alcanzar, por lo menos, el nivel anterior.
  • En los casos de desalojos de unidades familiares, solicitados por los propietarios de viviendas ante los órganos de la justicia, y en consideración de que concurran lanzamientos con intervención de la fuerza pública, se deben adoptar disposiciones jurídicas amplias y detalladas para que los municipios tutelen el derecho a la vivienda, para evitar aumente la  vulnerabilidad de derechos humanos de grupos que demanden mayor proyección. Como mínimo la situación creada no debe ser peor que antes del lanzamiento.

Concluimos recordando que cuando un proyecto político se hace del gobierno de un país, lo hace para resolver problemas concretos, lo cual es muy distinto del cómodo expediente de proclamar derechos en textos legales y los ciudadanos, confiamos en que los administradores del Estado no sólo saben de sus obligaciones sino que además tienen la voluntad de cumplirlas.

lunes, 21 de marzo de 2011

Decálogo de la paz

1- Mira a todos con respeto y benevolencia.
2- No hables mal contra nadie, no condenes a ninguna persona, a ningún grupo, a ningún pueblo, a ninguna institución.
3- Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar, para convivir, para comenzar una vida nueva cada día.
4- Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio.
5- Trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos; no acumules las sombras, busca en todos resquicios de luz y los caminos de la esperanza.
6- Ten valor de negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que enseñan y practican el odio, la venganza, el amedrentamiento y la violencia.
7- Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de consuelo.
8- Apoya a los que trabajan sinceramente por la paz, en la verdad, en la libertad y en la justicia.
9- Dedica a algún tiempo a trabajar tú también por la paz, con serenidad, esperanza y generosidad.
10- Pide a Dios que te dé el espíritu de la sabiduría, de la bondad, de la fortaleza y de la generosidad para ser instrumento de su bondad y de su amor en un mundo renovado, donde todos podemos vivir en la verdad, el amor, la libertad y la fraternidad.
Autor: Padre Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona


jueves, 17 de marzo de 2011

Un haiku para el pueblo japonés:


Si el kaiku es un poema exquisito y breve que le habla al alma, con descripciones de alguna escena que puede ser vista o soñada por alguien; éste nos parece el más apropiado para ponernos -muy sentidamente- al lado del pueblo japonés. Es como una fotografía que retrata el alma de quienes hoy enfrentan con ejemplar valor la adversidad.

miércoles, 16 de marzo de 2011

LA CULPA ES DEL OTRO




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-       La culpa de todo la tiene el Ministro de Economía Y Finanzas Púbicas, dijo uno.
-       ¡No señor! Dijo el Ministro de Economía y Finanzas Públicas, mientras buscaba un garrote debajo de su escritorio: la culpa de todo la tienen los contrabandistas y los defraudadores.
-       ¡Mentiras! Dijeron los evasores, mientras cobraban el 50 % en negro y el otro 50 % también en negro. La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.
-       ¡Falso! Dijeron los de la Aduana Nacional de Bolivia y del Servicio de Impuestos Internos mientras aplicaban astutamente más gravámenes a las ilusiones y reglamentaban un nuevo impuesto al estornudo. La culpa de todo la tiene la oligarquía: ellos se llevan todo el dinero.
-       ¡Pero por favor! Dijo un empresario contratista, mientras cobraba pingues utilidades por la mala construcción de escuelas públicas. La culpa de todo la tiene La Banca.
-       ¡Calumnias! Dijo un banquero mientras depositaba a su madre a 7 días. La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.
-       ¡Se equivoca! Dijo un corrupto, mientras cobraba su “comisión”  por la adjudicación de un contrato con sobreprecio. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.
-       ¡No es cierto! Dijo un “servidor” público mientras con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.
-       ¡Eso es pura maldad! Dijo un Asambleísta Plurinacional mientras preguntaba donde quedaba el edificio del Órgano Legislativo. La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.
-       ¡Patrañas! Dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, caballos, peones y recordaba sus viajes a Estados Unidos y Europa y añoraba el placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.
-       ¡Perversos! Dijeron los del Comité Central local mientras revisaban su programa y principios. La culpa de todo la tiene la intransigencia trotskista.
-       ¡Disparates! Dijo el ultrista mientras preparaba la insurrección armada para salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.
-       ¡Malvados! Dijo un fascista mientras quemaba un lote de libros juntamente con el librero. La culpa de todo la tienen las naciones y pueblos indígena originario campesinos.
-       ¡Racistas! Dijo un originario mientras miraba torcido a un kára. La culpa de todo la tiene la jerarquía católica, aliada de la oligarquía, que como evangelio reza la doctrina capitalista.
-       ¡Blasfemia! Dijo un Obispo mientras fabricaba ojos con agujas como para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.
-       ¡Error! Dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
-       ¡Infamia! Dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.
-       ¡Me ofenden! Dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la comida abundante. 
-       ¡Vainas! Dijo un policía mientras se ponía de acuerdo con otro delincuente. La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.
-       ¡Desacato! Dijo un Juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de 5000 fojas que luego, a la noche, volvería a descoser por ventaja personal. La culpa de todo la tienen los militares que siempre apoyan malos gobiernos creyéndose los tutores y salvadores de la Patria.
-       ¡Negativo! Dijo un General mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando su viaje de placer al exterior para el fin de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes desaliñados.
-       ¡A ustedes están les patina el coco! Dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.
-       ¡Embusteros! Dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una mala memoria que olvide idénticas taras. La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y defender intereses corporativos y propios.
-       ¡Censura! Dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. La culpa de todo la tiene EVO
-       ¡No lo puedo creer! Dijo Evo, acostumbrado a estas situaciones. La culpa de todo la tiene el imperialismo.
-       ¡Thats not true! (¡eso no es cierto!) Dijo un imperialista mientras embarcaba un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato).
-       ¡Infundios! Dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. La culpa la tienen todos los bolivianos que no aman desinteresadamente a su patria.
-       ¡Cobardes! Dijeron algunos ávidos de espacios para disfrute personal, mientras buscaban a un “amigo” encumbrado en la administración pública. La culpa de todo la tiene la gente como tu por escribir estas tonterías.
-       ¡Paren la mano! Dije yo mientras me protegía detrás de un basurero. Yo sé quien tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene EL OTRO. ¡EL OTRO siempre tiene la culpa!
-       ¡Eso, eso! Exclamaron todos a coro. Esta persona tiene razón: la culpa de todo la tiene EL OTRO.

Dicho lo cual, después de gritar un rato, arrojar algunas piedras, bloquear alguna vía pública, pagar alguna solicitada o la pluma de algún “columnista” de los medios, publicar algo en las redes sociales y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo); nos marchamos a nuestras casa por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Qué flor de personaje que resultó ser EL OTRO!

Adaptación para Bolivia de un monólogo del humorista Tato BORES