Si la contemplación de la creación afirma nuestra existencia, la curiosidad y la avidez por el conocimiento, pueden acrecentarla. Solo hace falta vincular cada dato que conozcamos y cada experiencia que vivamos con la totalidad. Ya ¡basta de saber cada vez más de cada vez menos! Para recuperar nuestra esencia de seres humanos necesitamos una mirada integral. Nuestra individualidad sólo es valiosa en armonía con la colectividad.
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