Los sueños le han revelado lo trascendental al hombre desde los tiempos de la prehistoria. Hoy mismo son importantes para las personas, al grado de ser insumos de la moderna psicología. Tanto los seres humanos comunes, lo mismo que los personajes famosos, han relatado, como los sueños cambiaron el curso de los acontecimientos; como fueron fuente de orientación, creatividad, enseñanza, fortuna y drama para la humanidad.
Se sabe de sueños premonitorios de magnicidios, inspiradores de artistas y hombres de letras, de sueños que anticipaban catástrofes, los que definieron guerras, aquellos que despertaron vocaciones religiosas y hasta los que iniciaron importantes descubrimientos de la ciencia. Así entonces, de los sueños se puede decir muchísimo, pero lo que ahora pretendemos referir es su vinculación con los nobles propósitos de la vida armónica en sociedad, de la construcción de una sociedad fraterna y justa; y para ello hemos elegido tres sueños:
SUEÑO 1. “Yo dormía y soñaba, que la vida era belleza; pero desperté y vi que la vida es deber” Kant
SUEÑO 2. "Dormía y soñaba que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era alegría" Rabindranath Tagore
SUEÑO 3. “¡Yo tengo un sueño hoy! Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.” Fragmento del famoso discurso pronunciado por Martin Luter King el 28 de agosto de 1963
Si se me diera a elegir por uno solo, preferiría el de Tagore, pues sale de la relevancia personal para trascender a la humanidad toda, con él se confirma que el ser humano es un dios cuando sueña y un mendigo cuando piensa.
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