martes, 30 de marzo de 2010

¿Por qué Albert Einstein saca la lengua en una de sus fotografías?



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La versión más difundida de este evento tan particular dice que la noche del 14 de marzo de 1951, en el 72º cumpleaños de Albert Einstein. A la salida del lugar de los festejos, los fotógrafos esperaban capturar alguna imagen, un retrato que les permitiera tomar de Einstein un momento de lo que Einstein era. Y Einstein sale. Y los fotógrafos arrinconan. Comienzan a presionar sus endemoniados gatillos y las luces se encienden, encandilan y apagan. Una y otra vez, se encienden encandilan y apagan. Al fin Einstein consigue atravesar el camino de imágenes robadas, y junto a los dos amigos con los que iba, se suben, los tres, a un auto. Allí, en el asiento trasero, los tres comentan, hablan, ríen, y antes de que se cierre la puerta, alguien que creía que su trabajo aún no estaba terminado le pide a Einstein que pose: “una pose de cumpleaños, señor Einstein”, dijo el fotógrafo. Y Einstein cumplió: Einstein sonríe y saca la lengua. Saca la lengua para el fotógrafo, le saca la lengua a la foto, les saca la lengua a todos. En ese momento, aunque Einstein no lo supiera (si bien seguro lo sabía), se inmortalizaba, para siempre, el mito.

Yo creo más bien que Albert Einstein sabía de la costumbre de los tibetanos, a los que la urbanidad enseña que, cuando un huésped se va de la casa se le debe mostrar la lengua. Para ellos, esto significa haber apreciado mucho la acción de su lengua, o sea su conversación y por ello quiso expresar su contento y gratitud por los elogios recibidos así como por lo grato de la conversación de sus invitados.

Claro que hay también quienes sostienen que Einstein sacó su lengua solo… por no tenerla adentro. Pero de las tres versiones, me quedo con la segunda, pues revela que era agradecido y que amaba a la humanidad.

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