jueves, 7 de octubre de 2010

UNA VIDA DISTINTA ES POSIBLE


Nos acostumbramos a estar aislados, a  levantar altos muros hacia el exterior, a  vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para  afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir  del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
 Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar el desayuno corriendo porque estamos atrasados.
A leer muy poco y mal porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormitar en el medio transporte porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oír frecuentemente: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando esperábamos tanto ser vistos.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de  semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño  atrasado.
Nos resistimos a estrechar los vínculos y emprender actividades comunes con las personas del barrio o la vecindad.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez:
"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"
                                        
¡Vivamos de verdad, disfrutemos la vida!!

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