martes, 30 de noviembre de 2010

El mejor personal de la CIA son mujeres
Después de evaluar a muchos aspirantes para agentes de la CIA quedan finalmente 2 hombres y una mujer. Llega el día de la prueba final y para definir quién conseguiría el trabajo los agentes que administraban la prueba llevaron a uno de los hombres a una puerta grande de metal y le dieron un arma.
-Debemos confirmar que usted sigue nuestras instrucciones, no importa bajo qué circunstancias, le explicaron:
- "Dentro de este sitio, usted encontrará a su esposa sentada en una silla. Tome esta arma y mátela” El hombre con una mirada de asombro le dijo:
- Uds. no pueden estar hablando en serio. Yo nunca podría matar a mi propia esposa.
-Bien dijo un agente. Entonces usted definitivamente no es la persona adecuada para este trabajo.
Así que trajeron al segundo hombre a la misma puerta, le entregan el arma y le explican los mismos parámetros de la prueba. El segundo hombre mira algo sobresaltado, pero sin embargo toma el arma y entra al cuarto. Todo estuvo en silencio por cerca de 5 minutos, entonces la puerta se abrió. El hombre salió del cuarto con lágrimas en sus ojos y dijo:
- Intente matarla, pero simplemente no pude apretar el gatillo. Supongo que no soy el hombre adecuado para el trabajo. Los agentes contestaron:
- No, usted no tiene lo que se necesita para esto. Tome a su esposa y vaya a casa. Ahora solo les quedaba la mujer. La conducen a la misma puerta y le dan la misma arma.
- Como prueba final, debemos estar seguros que usted seguirá las instrucciones sin importar las circunstancias, dentro encontrará a su marido sentado en una silla. Tome esta arma y mátelo. La mujer tomó el arma y abrió la puerta. Antes incluso de que la puerta se cerrara completamente, los agentes oyeron a la mujer descargar el arma completamente. Uno por uno, cada tiro disponible en el cargador.
Entonces el mismo infierno se apoderó de aquel cuarto. Se oyeron gritos, desgarramientos, golpes en las paredes. Esto continuó por varios minutos y finalmente, todo quedó en silencio. La puerta se abrió lentamente,...y allí parada estaba la mujer. Se limpió el sudor de la frente y dijo:
-¡¡¡¡Qué bárbaros son Ustedes!!! ¿Por qué no me dijeron que eran balas de salva? ¡Tuve que matarlo a palos..!!!

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