lunes, 21 de junio de 2010

El verdadero valor de la cooperación.


Recientemente se ha sabido que nuestro país está donando a la hermana República de Cuba 3.000 toneladas métricas de arroz. La legalidad de la disposición emerge del Decreto Supremo N° 0545 de 9 de junio de 2010.
Esta es apenas una pequeña retribución por la cooperación recibida de los hermanos cubanos (Miles de bolivianos han recuperado la salud y la vista, se han alfabetizado, se están formando como profesionales con becas completas en Cuba, están siendo censados como discapacitados para recibir apropiadamente el apoyo del gobierno, etc.);  y el espíritu es el mismo que animó a Bolivia al enviar ayuda a Chile y Haití, cuando tuvieron que enfrentar los embates de la naturaleza: La construcción de una Comunidad Internacional complementaria, más justa, democrática y solidaria.
En esta orientación hay aún mucho por trabajar, con los pueblos hermanos de Latinoamérica, pero Bolivia ya ha dado un giro importante en su política exterior  pues se identifica claramente como un Estado pacifista, que promueve la cultura de la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo, a fin de contribuir al conocimiento mutuo, al desarrollo equitativo y a la promoción de la interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía de los estados y a diferencia de la ayuda condicionada que caracterizaba a la recibida por Bolivia en el pasado.
Hay, sin embargo,  una prensa interesada en sacar partido de este acto de gobierno disparando los dardos de la distorsión informativa. No hay donde perderse: Cuba fue azotada por un déficit de producción de grano de arroz, debido a desastres naturales en la gestión 2008, que continúan repercutiendo en la actualidad dada la lenta recuperación en la capacidad productiva de este grano y Bolivia está encarando –por primera vez- una real política de seguridad alimentaria con excelentes resultados.
Nos felicitamos por la actitud del Estado Boliviano y vemos en este acto de cooperación otro gesto  más de la verdadera integración de nuestros pueblos. ¡Son tiempos de unidad!

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